https://drive.google.com/file/d/14k3t1FKVnuxxLV2Bu6Yz1NQXwfwqT15N/view?usp=drive_link
Esta guía tiene el propósito de ser una herramienta que los formadores, gestores, facilitadores y líderes usen para reflexionar, aprender y replicar en cada una de sus actividades, incidiendo de manera directa en los niños, niñas, jóvenes y adolescentes e irradiando espacios vitales de su cotidianidad como la familia, el barrio y el colegio. Reconociendo que las actividades y orientaciones aquí registradas son producto de procesos pedagógicos, metodológicos e investigativos como los desarrollados por Los Laboratorios de Género, este material propone una relación de reciprocidad y aprendizaje mutuo entre todos los actores que participen de este proceso.
A continuación, se enuncian una serie de premisas indispensables a tener en cuenta cuando realices tus clases, encuentros o entrenamientos con enfoque de ESI y DDSSRR:
1. Promueve espacios donde las personas se sientan cómodas y seguras respecto a la información que van a recibir y compartir.
2. Infórmate y replica información verídica, confiable, actualizada y comprobable.
3. Escucha activamente y considera dentro de la actividad los cuestionamientos y reflexiones que realizan las personas participantes por más distantes que sean estas a tus opiniones personales.
4. Incentiva el uso de lenguaje no sexista en los espacios, las personas merecemos ser reconocidas y nombradas. Menciona de manera diferencial a unos y otras, o usa lenguaje en red para hablar de personas y participantes cuidando de no hacer homogénea la existencia.
5. Cuando quieras mencionar en un informe o en una actividad a las personas asistentes, puedes usar frases como: “Quienes están aquí, cualquier persona, las personas”. Usa tu creatividad. Si buscamos, siempre hay maneras de hablar que nos permiten referirnos a todas y todos.
6.Desmitifica imaginarios y/o creencias en torno a los cuerpos, los roles y las formas de actuar y sentir de los niños y las niñas que pueden reforzar los estereotipos y la violencia.
7. Al hablar del cuerpo y sus partes mencionarlas por su nombre, no utilices apodos o frases que puedan confundir a quienes participan de tus clases o entrenamientos (pajarito, galleta, conchita, etc.
8. Explica temas simples y cercanos de acuerdo al grupo etario en el que te encuentras. Invita a que tu grupo reconozca y apropie el enfoque de género y la educación sexual integral como temas que hacen parte de su cotidianidad.
9. Mantente al tanto de información de rutas de atención, leyes, políticas públicas, etc, que te puedan ayudar a orientar a personas que son víctimas de violencia y que acuden a ti.
10. Promueve la expresión de sentimientos e inquietudes de hombres y mujeres, y garantiza que no se generen espacios críticos o no constructivos a esta expresión. Por ejemplo, no permitas el uso de expresiones como “no llore, sea varón”
11. Crea contextos de trabajo en los que exista confianza para que las y los asistentes puedan expresar confiadamente sus emociones, sentimientos y preocupaciones. Posibilita que estos espacios sean seguros para todas y todos.